Esa brecha entre sueño y realidad puede convertirse en un océano que no vamos a poder navegar
Pero sucede que los distintos alegatos normativos de nuestra sexualidad han sido siempre y en todo momento androcéntricos. Han sido escritos por aquéllos a los que les dimos tinta y les dejamos escribirlos, y que eran, en su inmensa mayoría, entre otras muchas cosas, varones.